"La incertidumbre prevaleciente mantiene al país en la parálisis de inversiones en el sector eléctrico. Es posible que el nuevo modelo energético, que está a prueba, logre ser exitoso, pero por el momento adolece de una serie de indefiniciones que hacen imposible prever su evolución.
El modelo energético mexicano ha vuelto a ajustarse, luego de la reforma Constitucional de octubre de 2024 y la posterior emisión de las leyes secundarias en marzo de este año.
Este modelo refleja la preferencia del gobierno actual 1 por una participación mayoritaria de las empresas del Estado en todas las actividades relacionadas al suministro de servicios energéticos, al establecer “prevalencia” para la empresa eléctrica, y si bien la Constitución no define prevalencia para Pemex, las leyes en la materia están diseñadas para dársela."
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